Leta ya era grande. Cinco añazos.
-Yo voy por este lado de la casa, y los mayores por el otro -dijo.
Sus padres sonrieron, y comenzaron a dar la vuelta para llegar a la puerta trasera de la casa de los abuelos.
Nunca volvieron a verla.
J.
PD: Y este microrrelato será aterrador o no dependiendo de si tienes hijos o no :-).